Las agrupaciones Artefactus Cultural Project, OLLANTAY Center for the Arts, Akuara Teatro: Sala Avellaneda, Teatro Retablo, Archivo Digital de Teatro Cubano, ArtSpoken Performing Arts Center, Antihéroes Project, Institucion Cultural Alba, Teatro del Eclipse, Museo Cubano de Miami, Hispanic Cultural Promotion y los teatristas, Iván Acosta, Sara Aguilar Hernández, Magali Alabau, Diana Álvarez-Amell, Antia Arruez, Sylvia Baldeón, Jesús J. Barquet, Jorge Carrigan, Theodoris Castellanos, Martha Chávez, Alejandra Cossío del Pino, Julie De Grandy, Raúl de Cárdenas, Carlos Manuel Delgado Betancourt, Carmen Díaz, Eddy Díaz Souza, José Manuel Domínguez, Gina Escarpanter, Jorge Febles, Max Ferrá, Lourdes Ferré, Ileana Fuentes, Gerardo Fulleda León, Rita Geada, Mirza González, Olympia B. González, Orlando González, Luis González Cruz, Waldo González López, Yara González Montes, Armando González-Pérez, Gabriel Gorcés, Adolfo Gutkin, Salvador Lemis, Yvonne López Arenal, Julio Matas, Lillian Manzor, Maricel Mayor Marsán, Yoshvani Medina, Marcelino Miyares, Pedro Monge Rafuls, Elena Montes de Oca, Matías Montes Huidobro, Ada Ortuzar-Young, Carmen Peláez, Leandro Peraza Viso, Frank Prieto, Wilfredo Ramos, Manuel Reguera Saumell, Ulises Regueiro, Gerardo Riverón, Antonio Orlando Rodríguez, Teresa María Rojas, Pedro Román, Orlando Rossardi, Mercedes V. Ruiz, Evelio Taillacq, José Triana, Rodolfo Valdés Sigler, Luis Valverde Maceo, Lesbia O. Varona, Orlando Varona, Adolfo Vázquez, Marianexy Yanes y Laura Zarrabeitia le invitan a celebrar ―comenzando en 2013, el 30 de mayo― el Día de la Dramaturgia y del Teatro Cubano del Exilio.
Las razones son múltiples y necesarias. Una ojeada al panorama teatral cubano del pasado siglo XX, nos devuelve la historia que, fruto de la ruptura, dio lugar a una rica y variada dramaturgia cubana en la franja del exilio. Siendo parte de la totalidad del teatro cubano, esta dramaturgia se configura y nutre en un nuevo contexto. Es una dramaturgia que se escribe por exiliados y que es llevada a escena por artistas, generalmente, también exiliados. La distingue en buena medida el tratamiento de sus temáticas, enfoques, modalidades y hasta el idioma con que, en muchas ocasiones, se escribe y presenta. Es un teatro que se fragua y se confronta en los escenarios de Miami, Chicago, Nueva York, Los Ángeles, o cualquier otra ciudad de los Estados Unidos, incluso en países tan distintos como Canadá, Colombia, Ecuador, México y Francia, entre otros. Es una dramaturgia y un quehacer de directores, actores y otros teatristas que, en muchas ocasiones, enfrentan grandes problemas de aceptación y también ―lamentablemente― de producción y representación; inconvenientes que, a corto y largo plazo, retrasan y frenan su natural crecimiento.
En tal sentido, los firmantes coinciden en determinar una fecha para que los grupos y los hacedores de este teatro en particular, realicen alguna acción ―pequeña o grande― o cualquier tipo de producción teatral u homenaje, donde se reconozca los aportes de esta dramaturgia y se aplauda el quehacer de autores, actores, directores, diseñadores y demás artistas y colaboradores del teatro cubano del exilio. Es por ello que invitan a la comunidad cubana en el exilio en general, y a la teatral en particular, a enviar felicitaciones y mensajes cada 30 de mayo para aclamar una circunstancia teatral de la que son parte los teatristas del exilio. Se anima también a los amantes del teatro a respaldar y difundir las obras de teatro del exilio. Las agrupaciones teatrales pueden tomar parte de la celebración, todos los 30 de mayo, con lecturas dramatizadas, homenajes especiales o producciones teatrales basadas en textos de dramaturgos/as del exilio. Todas las actividades del Día de la dramaturgia y del teatro cubano del exilio se difundirán por los medios de comunicación disponibles, por lo que deberán notificarse con antelación a la fecha.
Se instituye el 30 de mayo como Día de la dramaturgia y del teatro cubano del exilio por ser el día en que fallece el Dr. José A. Escarpanter, en Auburn, Alabama (2011). El Dr. Escarpanter nació en La Habana, el 17 de enero de 1933. Fue un riguroso crítico y estudioso del teatro, profesor de esta materia en la Universidad de La Habana. Asumió el exilio en la década de los sesenta y fue el primer investigador que, desde su emigración forzada, registró las particularidades de esta dramaturgia, evidenció la existencia de un teatro cubano exiliado con características propias y contribuyó a su difusión, historicidad y corpus teórico.
Para mayor información y comunicación: ollantaytm@aol.com / artefactusteatro@gmail.com
12/28/2012 at 4:54 pm
Felicitaciones. Me resulta maravillosa y necesaria esta iniciativa. Pero, no estan incluidos en la lista importantes dramaturgos, actores, directores y teatristas: Ernesto Garcia y Mario Ernesto Sanchez, solo para mencionar dos.
Gracias.
12/28/2012 at 9:07 pm
Muy merecido homenaje para el mundo teatral cubano en el exilio!
12/30/2012 at 1:55 am
Sra. Alina Tomas
Como uno de los iniciadores del proyecto para instituir una celebración anual a la dramaturgia y el teatro del exilio, le agradezco mucho sus felicitaciones. Personas como usted, que apoya a las artes cubanas del exilio, y en este caso, el teatro son las que debían prevalecer en el exilio cubano. Usted hace una pregunta sobre la ausencia en esa invitación a celebrar nuestro teatro de dos personas especificas y de otros artistas. Respetuosa y brevemente me atrevo a contarle como surgió esta celebración, que se la debíamos al teatro del exilio hace años, y que nunca nadie pensó. En noviembre, después de anunciar que en Nueva York, OLLANTAY Center for the Arts celebraría el 30 aniversario del estreno de Union City Thanksgiving de Manuel Martín, obra teatral cumbre de la dramaturgia cubana, específicamente del exilio, el dramaturgo/director Eddy Díaz Souza me dijo que debía celebrarse al teatro del exilio cubano. Rápidamente y sin dudarlo, lo apoyé. Decidimos hacer una convocatoria a TODOS, sin importar el tipo o la calidad del teatro que la persona hacía, o cualquier otra situación o interés, que no fuera celebrar el teatro del exilio. Se convocó a TODOS los que conocíamos, a que se unieran al anuncio de la instauración de un día para celebrar la dramaturgia y del teatro del exilio. Naturalmente, a la primera persona que se le avisó fue a la viuda de nuestro decano de la crítica y la investigación teatral del exilio, José A. Escarpanter; al que nadie puede negarle el derecho de ser honrado en tal fecha. Rápidamente, como puede verse en la invitación, tuvimos el apoyo de los dramaturgos que tanto prestigio le han dado al teatro del exilio. Rápidamente importantes artistas del teatro del exilio se unieron, también. No se seleccionaron nombres, se invitó a todos y los que contestaron, uniéndose al llamado, son los que lo hacen. Los que no se interesaron, pues no aparecen. Además, en nuestro afán de llegar a todos, en nuestra convocatoria se pedía que divulgaran el asunto entre teatristas y mucho más, salio en varios blogs especializados. Se le insistió a los que no habían contestado, dándoles otra oportunidad de participar en algo que es de todos, y que debe ir por encima de intereses y prejuicios: se les volvió a enviar
—tres veces, las envié yo, personalmente, a los artistas que usted menciona y a otros que tampoco aparecen, como usted bien anota. ¿Por qué, si era una convocatoria no bipartidista y dirigida a TODOS los que hacen teatro del exilio? ¿Por qué si en casos como estos impera el sentido comunitario y patriótico y no los intereses personales, no contestaron muchos de los que debían haberse unidos? Creo que en este momento, usted o cualquier otro/a que tenga la duda, no necesita mi respuesta, pues igual que usted, a mi me gustaría saber porque un artista —dizque exiliado/a— no se unió a invitar a los cubanos a celebrar la dramaturgia y el teatro del exilio. Yo, claro que sorprendido no estoy. Recordemos como los intereses personales, generalmente mezquinos, hicieron que el exilio del siglo XIX, obligaran a nuestro Apóstol a cablagar en un caballo, que no sabía montar, y enarbolar un machete, que no sabia sostener, para ir a morir en Dos Ríos. Por eso y tantas otras cosas más de la que nuestra historia está llena, pienso que de muchos —no todos— los cubanos se puede esperar considerables cosas. Si pensáramos con sentido del interés común, del grupo, quizás no habría teatro del exilio que celebrar, porque quizás, hace tiempo que no habría exilio.
Por favor, pregúntele usted el porque no están a los que no se unieron a la invitación a la comunidad exiliada a celebrar su arte y cultura, en este caso, el teatro. Después que oiga, juzgue usted, y si tiene tiempito, por favor, escribanos al blog para enterarnos nosotros.
Siempre a sus órdenes,
Pedro Monge Rafuls