Antiheroes Project
presenta

El tiempo de las mandarinas

de Rafael Nofal

Presentada en colaboración con Artefactus Cultural Project, como parte de la Serie Uno vuelve siempre al Sur, conjuntamente con la inauguración de Expectativa, muestra fotográfica de Jeily Pérez Olmo.

El tiempo de las mandarinas, una historia contada desde el aire, se estrenó en el 2014 en circuitos teatrales de Argentina y recorrió luego varios países de latinoamérica. La obra, del dramaturgo argentino Rafael Nofal, se presenta por primera vez en los Estados Unidos bajo la dirección artística de Fernando Goicochea, con la producción de Antiheroes Project.

Esta pieza teatral está parcialmente inspirada en el “Caso Marita Verón”, una joven argentina secuestrada en el año 2002, a la edad de 23 años. Se trata de una de las muchas jóvenes que cada año se reportan como desaparecidas, víctimas de tráfico humano. A raíz de su secuestro, la familia de la joven, y en especial su madre, organizaron una campaña que denunciaba con pruebas contundentes que la investigación del caso de Marita Verón había estado amañada por policías y políticos que tenían vínculos con las redes del crimen organizado.

El escándalo escaló a nivel nacional hasta envolver a jueces y magistrados, dueños de prostíbulos y traficantes de personas que tras haber salido absueltos en primera instancia, fueron encontrados culpables por la Corte Suprema de Argentina.

En la actualidad, muchos de ellos cumplen penas de más de 20 años de cárcel; sin embargo, Marita Verón, junto a muchas otras jóvenes asociadas al caso, sigue sin aparecer.

A pesar del tema, El tiempo de las mandarinas no es abiertamente una obra de denuncia. Rafael Nofal, su autor, sabía que la prensa nacional e internacional se habían encargado de denunciar ampliamente la desaparición de Marita y de centenares de otras jóvenes que también habían sido noticia. La obra de Nofal mira hacia las muchachas secuestradas, hacia sus familiares en busca de ellas y hacia sus destinos inciertos desde un ángulo diferente: es un viaje de indagación en la mente de algunas de estas jóvenes desaparecidas y la manera en que funcionan los mecanismos de supervivencia en situaciones extremas; un canto a la fragilidad y a la fuerza del ser humano, una mirada a las causas que han llevado a que algunos de nuestros países encabecen las listas de tráfico humano, el crímen y la violencia de género en el hemisferio occidental. El tiempo de las mandarinas es un monumento a valores esenciales del hombre, la solidaridad, la amistad, la familia y el amor a la libertad, condición sine-cua-non de la existencia. Sobre todo, aunque muchos ya no esperan que Marita Verón ni multitud de estas jóvenes desaparecidas aparezcan, El tiempo de las mandarinas es una obra esperanzadora.

La historia
Varias chicas secuestradas sueñan con regresar al mundo de donde fueron extirpadas y recorren a escondidas un país entero con la esperanza de reencontrar a los suyos. Dura y difícil, desgarradora y poética, la obra de Rafael Nofal comienza cuando dos chicas se encuentran en un parque y una le confiesa a la otra que cada año vuelve al mismo parque, el mismo día y a la misma hora en que desapareció su amiga con la esperanza de reencontrarse con ella allí. La otra chica espera al novio, un joven extraño al que casi acaba de conocer y con quien planea la fuga de casa. Entre recuerdos y preguntas aparece entre ellas el fantasma del secuestro: la amiga de la desaparecida se da cuenta de que la recién llegada está a punto de ser secuestrada.

A partir de ahí, con viajes al pasado y al presente de modo casi simultáneo, se van develando las formas en que actúan las redes de tráfico y las condiciones que hacen que muchas jóvenes caigan víctimas del crimen cada año.

Las escenas se suceden intermitentemente como si alguien desde el aire iluminara a los personajes, mientras cada una trata de escapar en diferentes partes del continente. El texto vuela sobre la vida de estas chicas y de una manera poética nos regala momentos de la memoria y del presente de ellas como en este fragmento de inusual belleza:

«Yo vuelo envuelta en un extraño calor de colores y el viento me lleva hasta el patio de mi casa…, aterrizo en silencio sobre el techo del gallinero, tan en silencio que Taty, mi hija que juega ahí, debajo del mandarino, no se da vuelta a mirar… … solo la miro en silencio desde el techo de chapas del gallinero y me vienen unas ganas terribles de llorar. Nunca voy a volver a ver ese patio… ni a Taty, ni a ‘Mancha’. El viento de luz me envuelve otra vez… me trae de vuelta… la correntina llora en sueños y yo no puedo volver a dormirme».

Teatro y fotografía
Junto al estreno de El tiempo de las mandarinas, se inaugurará en la Galería Artefactus la muestra de imágenes de la fotógrafa cubana y realizadora de cine Jeily Pérez Olmo.

Bajo el título Expectativa, la primera esposición personal de Jeily en los Estados Unidos pone su mirada en mujeres sin nombre, rostros que muestran diversidad y resistencia, amor y furia, otra cara de nuestra sociedad.

Inspirada en el día a día de mujeres que la fotógrafa fue encontrando a lo largo de varios viajes por Latinoamérica, las instantáneas son una muestra de la fuerza, la debilidad, el coraje y la lucha diaria que enfrentan millones de mujeres por alcanzar un status de igualdad en la sociedad actual, por sobrevivir a la violencia de género, al racismo y a la pobreza. Con esta exhibición, Antiheroes continúa su esfuerzo por alentar el diálogo artístico en nuestra comunidad y presenta con orgullo a otra de sus colaboradoras.

La serie Uno vuelve siempre al Sur es un programa anual, creado por Antihéroes con el objetivo de dar a conocer a dramaturgos y escritores latinoamericanos cuyas obras no hayan sido estrenadas en los Estados Unidos o sean poco conocidas por el público del sur de La Florida. Cada año un nuevo director o coreógrafo tendrá a su cargo el montaje que se realizará con fondos del programa Developing Art in Neighborhoods, auspiciado por el Departamento de Asuntos Culturales del condado Miami Dade. La obra cuenta además con el apoyo de Artefactus Cultural Project y Fundarte.

El equipo
Siguiendo la línea de trabajo de Antiheroes Project donde se mezclan técnicas experimentales y herramientas de la tradición teatral contemporánea, Michael Gil ha sido invitado a colaborar componiendo música en vivo para la obra durante cada función. Niurca Márquez, la conocida bailarina y coreógrafa pone una vez más su mano en el trabajo de Antiheroes, perfeccionando las técnicas de movimiento de las actrices. La escenografía es de los artistas Rossana Montoya y Carlos Eloy Perera, mientras que el vestuario está a cargo de la diseñadora Verónica Giné. La dirección artística es de Fernando Goicochea, quien ha actuado y codirigido en varios montajes de Antiheroes Project desde 2012. Con el presente estreno, Goicochea dirige su ópera prima para el público de Miami.
Elenco: Romina Musach, Suzette Silva y Mariela Brito
Producción y dirección general de Antiheroes Project: José Manuel Domínguez.
Dirección de Artefactus Teatro y Artefactus Cultural Project: Eddy Díaz Souza.

Accesibilidad
El tiempo de las mandarinas contará con sobretítulos en inglés, tour guiado por el escenario para personas ciegas, así como programa de mano en lenguaje Braille e impresión agrandada, gracias al apoyo del Audience Access Grant Program del condado Miami Dade.
Traducción: Mateo Goicochea y Nayíver Deynes.

Obra: El tiempo de las mandarinas
Lugar: Sala Artefactus
12302 SW 133 Ct. Miami, Florida, 33186.
Temporada: Del 15 al 30 de julio de 2017.
Hora: Sábados: 8:30 PM/ Domingos: 6:00 PM.
Boleto general: $20.

Para más información, favor escribir a:
info@antiheroesproject.org o llamar al teléfono: 786-975-4891.